CONDICIONES DE LA APICULTURA EN YUCATAN Y DEL MERCADO DE SUS PRODUCTOS

Francisco. J. Güemes Ricalde*
Carlos Echazarreta González**
Rogel Villanueva G. ***

*Profesor Investigador de la Universidad de Quintana Roo
**profesor-investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria
de la Universidad Autónoma de Yucatán
***Investigador de El Colegio de la Frontera Sur, Unidad Chetumal

 


Objetivo:
analizar las características de la actividad apícola en Yucatán así como el panorama general de las condiciones actuales del mercado mundial y regional, lo cual permitirá aportar elementos que ayuden a conocer la problemática por la que atraviesa la apicultura del Estado.


Introducción


La explotación de las abejas cuenta con una amplia tradición en México, principalmente en el sureste del país, en donde se le practica desde antes del arribo de los españoles a América y en donde, después de sufrir transformaciones desde la propia orientación de la producción hasta de las variedades de abejas explotadas, se ubica la principal zona productora de este edulcorante y otros productos de la colmena, como la jalea real y los propóleos (Cajero Aguilar, 2001)

La Península de Yucatán es por tradición una región importante productora de miel a nivel mundial, ya que en gran proporción (95%) su producción se destina al mercado internacional, siendo inclusive considerado dentro de los primeros exportadores y productores de gran calidad en Europa y Estados Unidos, donde este producto es altamente demandado por sus características de origen botánico y propiedades mismas de la miel (Apimex, 2001). Existe un bajo consumo per cápita de miel entre la población de México, este aspecto es importante y debe ser tomado en cuenta en el futuro próximo del comercio de la miel.

A nivel nacional la apicultura ha sufrido un importante deterioro en los últimos 10 años (1990-2000) como consecuencia de fenómenos climatológicos, principalmente huracanes que determinaron la pérdida de la población de las colmenas y de las propias colmenas, sobretodo en el Sureste del país, zona en la que se genera más del 30% de la producción nacional. De igual forma la prolongada condición de sequía que afecta algunas regiones en México, ha disminuido la posibilidad de recursos nectarpoliníferos y por tanto la alimentación de las abejas, con la consecuente baja en la producción. Aunado a lo anterior, la presencia de la abeja africana desde el año 1986 desalentó el crecimiento de esta actividad, y en años recientes, la llegada de la Varroasis (enfermedad parasitaria de las abejas) ha condicionado un mayor nivel de costos de producción (Cajero Avelar, 2002).

Los apicultores de la Península de Yucatán han venido a menos en productividad y beneficios que encuentran en la apicultura, debido a la llegada de la abeja africana (Apis mellífera), a la detección del ácaro Varroa jacobsoni Oudemans, los bajos precios de la miel durante años en el mercado internacional, efectos climáticos, falta de organización de los productores y mejores condiciones para producir con certificación y diversificación de productos (Villanueva y Collí, 1996, Jiménez ,1998 y Guzmán, 2001).

Por otra parte, los intermediarios ejercen un gran control sobre el mercado organizado, quiénes pagan precios bajos al productor y distribuyen el producto en el mercado internacional obteniendo todo el beneficio que ello implica. Sin embargo, algunos apicultores logran colocar en los mercados regionales una parte de su producción obteniendo un precio un tanto mayor (Güemes Ricalde, 2001).

En el estado de Yucatán al igual que en el resto de la Península de Yucatán, según el modelo de producción apícola campesino, ha sido por muchos años una fuente de autoempleo que genera dinero para la familia rural y mantiene su arraigo en el campo (Godoy Montañez, 2001).

La apicultura responde a una lógica diferente a la de economía de mercado ya que no se practica para obtener grandes beneficios económicos, es decir, se traduce en una actividad de subsistencia familiar heredada por los mayas tiempo atrás (Sands, 1984).

Hoy en día la aportación de los beneficios económicos a la economía familiar se han reducido ante el acelerado proceso globalizador y debido a los problemas de mercado de los últimos cuatro años, principalmente en relación al precio internacional el cual ha venido a la baja (Güemes Ricalde, 2001).

La apicultura es una actividad complementaria con otras de subsistencia como la agricultura, animales de traspatio y eventualmente de la venta de su fuerza de trabajo (Fig. 1). En la Península de Yucatán existen recursos naturales propios de la región, a diferencia de otras regiones (Sands, 1984), que les permiten dar mayor valor agregado a la miel, a través de la certificación como de mejor calidad en los mercados internacionales, pero quiénes se quedan con este beneficio son los intermediarios.

La mayor parte de los apicultores de la Península de Yucatán son pequeños productores cuyos ingresos dependen en gran parte de la venta de su miel, ya que sus otras actividades productivas son básicamente de autoconsumo (Villanueva y Collí, 1996).

Fig. 1 Patrón de actividades productivas complementarias a la
apicultura de Yucatán


Otros Productos de la Apicultura. Beneficios que Reportan por su Consumo

La producción apícola nacional se ha transformado en los últimos años, con el aprovechamiento integral de los productos de la colmena, tales como la jalea real, el polen y los propóleos, lo que en años anteriores permitió revertir en parte la baja rentabilidad motivada por la caída del precio de la miel en el mercado internacional (Cajero Avelar, 2002).

Además de la miel, la apicultura proporciona otros productos como propóleo, polen, jalea real, cera y el veneno de la abeja los cuales están siendo estudiados en relación a sus propiedades nutricionales y terapéuticas que representan una gran oportunidad para su comercialización.

Sin embargo, de acuerdo a datos de la coordinación del programa de control de la abeja africana de la SAGARPA la producción de estos subproductos de la apicultura en la Península son muy escasos. Apenas se registra una producción de jalea real de 700 kilogramos y de 390 Kilogramos de propóleo. Sobre producción de veneno no se tienen registros. El MVZ Manuel Estrada coordinador de este programa de la Secretaría menciona que el mercado de estos productos está cubierto por productos de otros estados del país o bien, procedentes de importaciones chinas fundamentalmente, como el caso de la jalea real que alcanza un precio de $500.00 por kilogramo muy por debajo del costo de producción en la región.

Cabe mencionar que con base en avances de la investigación del proyecto “Cultura de Producción y Consumo de Miel Ecológica en la Península de Yucatán” del Conacyt-Sisierra-Universidad de Quintana Roo 2001-2002 se han detectado en el mercado productos elaborados y envasados de marca a base de miel, propóleo, jalea real, polen y veneno de abeja.

Podemos citar dos categorías de productos con mayor presencia: cosméticos (que incluye la línea de limpieza como shampoos y jabones entre otros y la línea de belleza) y para la salud (línea de medicamentos como jarabes, paletas, caramelos y la línea de los nutricionales entre ellos polen, jalea real, propóleo)

Estos productos están generando un excelente panorama de oportunidades en el mercado de productos naturales de la región que día con día está creciendo en demanda y preferencia de los consumidores de todos los niveles socioeconómicos.

Miel

La miel es un producto alimenticio producido por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores o de las secreciones dulces de algunos frutos, que liban, transforman, combinan con sustancias específicas propias, acumulan y dejan madurar en los panales de la colmena (Winston, 1991).

La miel es un producto complejo que contiene numerosos elementos que actúan directamente sobre la armonía de nuestro equilibrio biológico, y por ende proporciona salud y bienestar. La miel es una enorme fuente de energía ya que contiene casi un 70% de azúcares simples perfectamente asimilables: fructosa, glucosa y sacarosa (Bernard, 2001).

Posee la ventaja de que contiene numerosas sales minerales con acción benéfica para su asimilación, particularmente el calcio. Por su valor energético y sus valores nutricionales es ampliamente recomendada para los deportistas antes y después del ejercicio físico. Su acción dinamogénica y estimulante del corazón aumenta la resistencia ya que favorece la recuperación después de largos esfuerzos (Apimex, 2001).

Consumida diariamente, se le atribuye el aumento de la resistencia al cansancio físico e intelectual, protege de las agresiones externas y facilita la asimilación y la digestión de los alimentos. Se recomienda un consumo mínimo de 30 a 40 grs/día (Apimex, op cit).

La miel se ha utilizado como medicina desde hace miles de años y sus propiedades curativas han sido bien documentadas. Sin embargo, la medicina moderna siempre le había dado la espalda hasta ahora cuando el advenimiento de las bacterias multirresistentes, se han redescubierto las propiedades antibióticas de la miel (Molan, 2001).

Tabla 4. Tipos de Heridas Tratadas con Miel

Abrasiones Fístulas
Amputaciones Ulceras en pies leprosos
Ulceras por decúbito Heridas infectadas debidas a golpes
Quemaduras Heridas sépticas extensas
Heridas abdominales abiertas después de una cesárea Ulceras por Diabetes
Ulceras malignas Ulceras en piernas
Ulceras cervicales Ulceras en piel
Sabañones Heridas quirúrgicas
Pezones agrietados Ulceras tropicales
Cortadas Heridas en la pared abdominal y perineo
Ulceras en pies debidas a Diabetes Ulceras varicosas

Fuente: Molan, (2001)

Polen


Es particularmente rico en proteínas, vitaminas y oligoelementos. Puede consumirse ya sea puro en granos naturales, en cápsulas, o bien, mezclado con una cucharada de miel a razón de 15 a 20 grs por día en adultos, y de 10 a 15 grs en niños. Mejora el tono físico e intelectual y aumenta la resistencia al cansancio y a las afecciones en general y disminuye las carencias vitamínicas y minerales por desnutrición (Bernard, op cit., Apimex, 2001).


Jalea real

La jalea real es el alimento proporcionado a las crías de obreras durante los tres primeros días y durante toda su vida a la que será la abeja reina, alimento que le proporcionará la vitalidad que requiere para desempeñarse como la responsable de ovipositar en gran número los huevecillos que garantizarán la reproducción de la colonia (Winston, 1987).

Consumida aumenta la vitalidad en general, mejora la resistencia al estrés, al cansancio físico e intelectual, y retrasa los efectos del envejecimiento orgánico, particularmente a nivel de la piel, del cabello y de las uñas, además de ser considerado un excelente afrodisiaco. Puede ser consumida en una dosis diaria de 500 mg por día (Bernard, 2001, Apimex, 2001 y Persano, 1980).


Propóleo

La abeja recoje resinas de las plantas con su lengua y las mezcla con su saliva. Esta sustancia la utiliza posteriormente para la elaboración del propóleo. Materia resinosa, rojiza ú oscura, que emplean para tapar y reparar las grietas de la colmena y protegerla de la intemperie y poder regular la temperatura. Esta resina natural posee propiedades bactericidas, contra los hongos, anestésicas y cicatrizantes. A la fecha se conocen 200 de sus moléculas (INTA, 2001).

El apicultor la recoge rascando los cuadros y tapa-cuadros. La cosecha puede variar entre 100 grs y 400 grs por colmena y año. Actualmente se han iniciado trabajos de investigación para obtener de él nuevos antibióticos. (Bernard, 2001, Apimex, 2001 y Persano, 1980).


Cera

La cera producida por las abejas para formar sus panales o también opercular las larvas de 9 días, es recogida en los panales de la colmena y en los países europeos de Asia y Estados Unidos se reportan varios usos.

Se emplea en la fabricación de cera panelada para apicultura, pero también de velas y de encáusticos. Es empleada en la electrónica, en armamento, industria textil, industria vidriera, galvanoplastia, industria papelera. También se utiliza en agricultura en preparaciones para injertos, en medicina, en diversos bálsamos, ungüentos, supositorios. En Cosmetería en la composición de cremas de afeitar, de barras de labios y de diversas pomadas (Bernard, 2001, Apimex y Persano, 1980) .


Veneno de abeja

Si bien es cierto que la abeja puede provocar reacciones dolorosas e incluso alergias, debemos saber que es igualmente utilizado con éxito como remedio eficaz contra los dolores reumáticos (reumatismo muscular, lumbagos, tortícolis), las neuralgias reumáticas (ciáticas) y el reumatismo articular (Bernard, 2001 y Persano, 1980).

La actividad apícola del estado de Yucatán en el contexto nacional

La apicultura es una actividad que ha jugado y juega un papel fundamental dentro de la ganadería en el país, tanto por la generación de importantes volúmenes de empleo, como por constituirse en la segunda fuente captadora de divisas del sector ganadero (Cajero Avelar, 2002).

Según datos de la SAGARPA-CEA (2001), la Península de Yucatán aporta el 31.7% del volumen total producido de miel en México. Esto representa una cifra de alrededor de 17,541 tons producidas de la mejor calidad en el mercado internacional, lo cual ubica a esta región como la de mayor importancia dentro de la actividad apícola de México.

Dentro del total producido en la Península de Yucatán, los datos oficiales de SAGARPA señalan que el Estado de Yucatán aporta el 57% del volumen de miel, lo que lo ubica en el primer sitio de importancia en el área señalada seguido de Campeche el 25% y Quintana Roo con el 18%, lo cual los ubica en el segundo y tercer sitio, respectivamente.

Sin embargo, según estimaciones de los centros de acopio y declaraciones de los mismos intermediarios y técnicos de SAGARPA en la zona maya se calcula que alrededor de 1,000 toneladas registradas en los centros de acopio de Valladolid provienen de poco más de nueve comunidades aledañas a la frontera de Quintana Roo, principalmente de las comunidades de Dziuché, Presumida, Señor, San José, San Roman, Fco. I. Madero, Tihosuco y Sta. Rosa y aquellas comprendidas hasta Tepich en la región conocida como los Chunes. Esto provoca variaciones en los datos reales sobre la producción relativa por estados. A esto también hay que agregar el comercio a través de intermediarios que distorsionan los registros con el tránsito de miel de una entidad a otra.

En 1999, el Estado de Yucatán ocupó la primera posición en la producción de miel con 9,980 toneladas según datos de la SAGARPA (2001). Guerrero ocupó el segundo sitio con 5,899 tons; Veracruz en tercero y Jalisco en cuarto lugar con 5,669 y 5,004 toneladas, respectivamente. También ubicados en la Península de Yucatán, Campeche ocupa la quinta posición con 4,397 toneladas y Quintana Roo le sigue en sexto sitio con 3,164 toneladas lo cual demuestra la importancia de esta actividad en la región (Fig. 2).

Fig. 2 Participación por estado en la producción nacional de miel 1999
Fuente: Elaborado con base a datos de SAGARPA –CEA 2001

En cuanto a la participación del estado de Yucatán en el inventario nacional de colmenas realizado por SAGARPA-CEA en 1999, esta entidad registra el primer sitio con un total de 271,137 colmenas que representan el 14% del total nacional, seguido en orden de importancia por Jalisco con 243,318 (13%); Campeche con 195,168 (10%); Veracruz con 166,365 (9%), Guerrero 123,895 (6%) y Quintana Roo 113,530 (5%) colmenas. Estos datos oficiales muestran ciertas inconsistencias con la producción (Fig. 3).

Fig. 3 Participación de Yucatán en el inventario apícola nacional de 1999
Fuente: Elaborado con base a datos de SAGARPA-CEA 2001

Características de la producción de miel en el estado de Yucatán


La Secretaría de Desarrollo Rural y Pesca del Gobierno del Estado (2002) reporta que Según estimaciones sobre la base de la producción, las exportaciones representan un ingreso económico promedio de alrededor de US$12,000,000 al año lo que coloca a la apicultura como la actividad más importante en la generación de divisas del subsector ganadero de la entidad.

En Yucatán y el resto de la Península, la apicultura reviste características de orden social desarrollada mayormente para la obtención de miel (Tabla 1), por lo que en baja escala se obtienen otros productos de las abejas para su comercialización (Programa de control de la abeja africana- Delegación SAGARPA en Yucatán, 2002).

Tabla 1 Volúmenes de producción de productos de la apicultura en Yucatán en el 2000

Fuente: Coord. del programa de control de la abeja africana-SAGARPA, 2002.

La apicultura es una actividad de importancia por los beneficios socioeconómicos y el carácter social que representa para los cerca de 8,000 pequeños productores (85% campesinos) del sector rural que dependen de ella. Esto de alguna manera explica los apoyos del Gobierno del Estado a manera de subsidios hacia la apicultura a pesar de sus condiciones de producción.
Aunque este aporte al ingreso familiar es bajo, resulta de gran importancia para la subsistencia ya que el efectivo que se recibe por la venta de la miel es en algunos casos la fuente de ingresos más importante dentro del patrón de actividades de la unidad económica familiar de muchos yucatecos (Villanueva y Collí, 1996).

El tipo de productor más frecuente es el campesino maya, de poca preparación técnica para el trabajo apícola. La inversión de capital en los apiarios es reducida, la producción depende más de la flora silvestre, clima y mano de obra familiar. La edad promedio de los apicultores es de 47 años con un promedio de cinco años de primaria. Además de la apicultura, el ingreso económico entre los apicultores proviene principalmente de actividades agropecuarias (60 %), sobretodo de la milpa (Echazarreta González, 1999).

En este sentido cabe destacar las diferencias que se registran en relación con los productores particulares quiénes obtienen mayores ingresos por año provenientes de una mayor productividad y diversificación de la actividad.

Para el caso de Yucatán, según estimaciones de la Sociedad Apícola Maya (2001) algunos apicultores tradicionales que cuentan con un número pequeño de colmenas, las que explotan sólo miel en forma complementaria con otras actividades ganaderas de traspatio ó agrícolas, reportan ingresos entre $6,000.- y $7,000.- pesos anuales.

Según datos de Vandame (abril de 2001), en conferencia impartida en las instalaciones de el Colegio de la Frontera Sur ubicadas en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en esa entidad la apicultura genera un ingreso promedio anual de $9,700.- pesos por apicultor.

En Campeche se ha calculado un promedio anual de $5,623.- pesos. Sin embargo, estas cifras varían por supuesto con base en las condiciones de productividad de cada apicultor independientemente de la zona en que se ubique.

Para Quintana Roo el rendimiento promedio para los últimos dos años (2000 y 2001), según estimaciones con base a datos del Programa Apícola de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural e Indígena (SEDARI) fueron de 26 y 30 kgs de miel por colmena, respectivamente. Esto genera un promedio de $5,000 pesos por apicultor.

La Secretaría de Desarrollo Rural y Pesca del estado de Yucatán señala de manera adicional una problemática socioeconómica y técnica que debe ser considerada. La apicultura yucateca es afectada por la africanización, la presencia del ácaro Varroa destructor (antes considerado como Varroa jacobsoni Oud.), el uso indiscriminado de acaricidas y antibióticos que dejan residuos y provocan rechazos de embarques de miel.

También se señalan como problemas de importancia la necesidad de mejorar los sistemas de comercialización y de diversificación de la actividad. Asimismo es necesario actualizar las técnicas de producción y administración del proceso productivo por parte de los productores para obtener la calidad de la miel demandada por el mercado. Falta consolidar la agrupación de los productores.


Diversidad de especies melíferas y coloración de la miel

La miel que se recolecta en la Península de Yucatán proviene de 40 especies melíferas distintas según investigaciones realizadas por Villanueva (2001), lo que demuestra la gran diversidad de especies que es factible certificar de acuerdo al origen de la miel, lo que daría como resultado una agregación de valor en el mercado europeo de alrededor del 20%. Las principales especies visitadas según los resultados de estas investigaciones son: tahonal (Viguiera dentata), chechem (Metopium brownei), dzidzilché (Gymnopodium floribundum), chaká (Bursera simaruba), kaan-chunub (Thoninia canesceras), sak-piixoy (Trema micrantha), salam (Lysiloma latisiliquum), etc.


Es notable que pocos apicultores (menos del 6%) cambian sus apiarios para aprovechar floraciones diferentes. Muchos apiarios están instalados a una distancia de más de los cinco kilómetros de la casa (más del 60%) esto porque el monte más cercano o sus milpas están allá. El tipo de camino es variable ya que además los apiarios están localizados a una cierta distancia del camino en su mayoría brechas (Echazarreta González, 1999). Existen más de 1,000 brechas pecuarias en Yucatán a través de las cuales se instalan los apiarios (Fig. 4).

Fig. 4 Brecha típica donde muy cerca se sitúan los apiarios en Yucatán
Fotografía: camino vecinal en la carretera Tunkás-Valladolid (2002)

El color promedio de la miel obtenida varía en gran medida de acuerdo a la especie nectarífera de la cual proviene y de su madurez (Fig 5). En el mercado local es comúnmente seleccionada como miel clara y oscura aunque se considera con mayor demanda la miel ámbar clara de supuesta mejor calidad entre los consumidores la cual se atribuye principalmente de origen al dzidzilché (Gymnopodium floribundum).

Fig. 5 Coloración típica de la miel producida en Yucatán de acuerdo a su origen nectarífero.
Fotografía: Mercado de Tunkás, Yucatán. Cosecha de enero y febrero de 2002

Por lo general las mieles de la Península de Yucatán no se separan de acuerdo a su origen botánico, lo que se hace es mezclarlas, impidiendo de esta manera darles un valor agregado. Algunas mieles podrían ser consideradas como monoflorales por lo cual pudieran tener un mayor valor comercial, su precio se podría incrementar hasta en un 100%.

Echazarreta González, Quezada Euán, et, al. (1997) y Miel Mex (2001), señalan que la colecta de miel inicia con la floración en los meses de enero y febrero incrementando su volumen obtenido en los meses de marzo a junio. En este primer semestre se obtiene el 95% del total producido. El 5% restante se obtiene en la segunda mitad del año, aunque los problemas de humedad son más frecuentes en los centros de acopio ya que superan en ocasiones el 20% de humedad exigido como máximo.

Del mes de enero a marzo el tahonal (Viguiera dentata) es la especie más recurrida por las abejas. En este mismo mes la miel de dzidzilché (Gymnopodium floribundum) es registrada en la producción. De abril a mayo las arbóreas como el tzalam (Lysiloma latisiliquum) y Jabín (Pisciria piscipula) son las más visitadas por las abejas. La cosecha de miel de noviembre a diciembre es de origen de enredaderas. Se calcula que la producción en estos meses alcanza hasta los 500 kilogramos en promedio por año (Echazarreta González, 1999).

La apicultura ha sido fundamental para la conservación de la biodiversidad ya que las abejas polinizan durante el pecoreo, infinidad de plantas (Munguía, 1999). El empleo de la abeja africana en plantaciones comerciales es escaso en Yucatán ya que la polinización no es muy necesaria como en otras regiones ya que existe una gran diversidad de polinizadores.


La Producción de Miel en Yucatán

La coordinación del Programa de control de la abeja africana de la SAGARPA en el estado de Yucatán señalan que en los últimos años se observa un descenso progresivo de los niveles de producción de miel debido a los efectos climáticos como los huracanes y las heladas en el año 2000 han afectado notablemente la flora néctar-polinífera de la región y esta a su vez la producción de miel, lo que ha ocasionado pérdidas a los apicultores.

Según datos del Censo Apícola 1990-2000 (TRON, L. 2001 y SAGARPA, 2002) e información de la coordinación del Programa de control de la abeja africana- Delegación SAGARPA en Yucatán (2002), el volumen de miel obtenido desde 1990 se ha mantenido en un promedio de 9,700 toneladas por año y un promedio de 36.8 kilogramos de miel por colmena calculado con base a las cifras proporcionadas de producción y del inventario apícola de 1997-2001 (Tabla 2).

Tabla 2 Indicadores de producción de miel en Yucatán en el período 1997-2001

Fuente: Elaborado con base a datos de la Coord. del programa de control
de la abeja africana-SAGARPA, 2002.

En el estado de Yucatán se presentan algunos repuntes en la producción hasta por un máximo de 11,040 toneladas en el año 2000, esto desde 1992 en que inició su tendencia hacia la baja hasta en un 37% en 1995. De 1996 a 1999 mostró cierta recuperación aunque siempre con una cifra un 26% menor en relación a las del año de 1992. Las 8,400 toneladas en el año de 1995 fueron las cifras más bajas en los últimos 12 años (Fig. 6).

La caída en la producción apícola se explica como efecto de la africanización y la presencia de la varroasis según Villanueva y Collí (1996). También en los años en que se ha reportado presencia de huracanes como el Opal y Roxana y más recientemente los huracanes Keith y Mitch, se han registrado mermas importantes en la producción (Güemes Ricalde, 2001).

Un problema impredecible es el efecto del clima sobre las floraciones que varía de año en año. En el año 1996 hubo un período bastante frío al principio del año y resultó que las flores de tahonal se secaron y no hubo buena cosecha. Además, algunas de las medidas técnicas establecidas en épocas críticas como la introducción de reinas europeas durante los primeros años de la africanización han dejado de realizarse. La alimentación suplementaria de las colonias es limitada y se refleja en la debilidad, mortalidad y enjambrazón de colonias. En general, hay una tendencia hacia la mínima inversión influenciada también por el continuo descenso del precio de la miel en los últimos años (Echazarreta, 1999).

La coordinación del programa de control de la abeja africana en entrevista con el MVZ Manuel Estrada (enero de 2002), reporta que otro factor importante a considerar en la baja de la actividad apícola es la edad de los productores, principalmente adultos mayores de 43 años, ya que los jóvenes se han visto obligados a abandonar la actividad al trasladarse a las cabeceras municipales ó zonas turísticas para vender su fuerza de trabajo ya que el precio pagado por la miel les resulta poco atractivo.

Fig. 6 Producción de miel en Yucatán 1990-2001 (toneladas)
Fuente: Elaborado con base a datos de SAGARPA(2002)

Inventario Apícola en Yucatán


El inventario apícola de SAGARPA (1990-2001) en los últimos cinco años muestran cierta constante en torno a la actividad apícola con un promedio de 264,404 colmenas en todo el estado. Esto se observa en la figura 7, la cual muestra también para el período 1994-1996 el máximo descenso del 26.5% en el número total de colmenas registradas con respecto al año de 1992 en que alcanzó su mayor nivel. A partir de 1997 y hasta el año 1999, se observa una cierta recuperación con respecto al inventario de 1990 para mantener esta cifra más o menos estable hasta el 2001. Esto último se explica debido probablemente al subsidio que recibieron los apicultores por parte del Gobierno del Estado (Fig. 7).

Fig. 7 Inventario apícola de Yucatán 1990-2001
Fuente: Elaborado con Base a datos de SAGARPA (2002)

De acuerdo a cifras del Programa de Control de la abeja africana de la SAGARPA en Yucatán se registraron en el 2001 un total de 6,945 apicultores distribuidos en cuatro distritos del Estado (Tabla 3). Destaca en todos los niveles el distrito de Mérida que comprende 60 municipios del estado con el 49% del volumen registrado de producción del endulzante en el 2001 (Fig. 8). Asimismo, este distrito agrupa también el 49% de las colmenas y el 49.3% del total de apicultores de la entidad. Le sigue en importancia el distrito de Ticul con el 20.7% con respecto a estos tres indicadores de la actividad apícola yucateca. Los distritos de Tizimín y Valladolid registran de manera similar un 15% de las cifras para cada uno de ellos.

Tabla 3 Indicadores de la actividad apícola por distritos en el
estado de Yucatán en el 2001

Por su parte, la Secretaría de Desarrollo Rural y Pesca del gobierno del estado (2002), reporta de manera adicional a las cifras de SAGARPA un 15% más de apicultores independientes, lo que suma un total de 8,000 productores de miel en la entidad que poseen aproximadamente 351,000 colmenas y con un rendimiento promedio en el año 2001 de 27.37 kilogramos de acuerdo a esta dependencia. Cabe destacar que esta cifra resulta menor a la obtenida en promedio de 36.8 kilogramos para los últimos cinco años (1997-2001).

Fig. 8. Importancia relativa de los distritos apícolas en términos de los volúmenes de producción obtenidos en el 2001
Fuente: Elaborado Con Base a Datos del programa Apícola (SEDARI, 2001)

Infraestructura Disponible y Centros de Acopio


De acuerdo con el programa apícola del gobierno del estado de Yucatán, se cuenta con una relación de 18 centros de acopio de miel localizados en las microregiones COPLADEY. Estos se distribuyen de la siguiente manera: Mérida (8), Maxcanú (1), Tekax (1), Peto (1), Ticul (1), Tizimín (1), Sotuta (1), Umán (1) y Valladolid (3). Sin embargo, de acuerdo a lo expresado por esta instancia y la SAGARPA resulta difícil llevar un control exacto de la información por el gran número de intermediarios y productores privados que se registran en Yucatán quiénes inclusive muchas veces captan miel de los estados vecinos. Lo mismo sucede con la información relativa a la ubicación de los productores quiénes por el gran número de apicultores que se registran resulta difícil su ubicación exacta ya que se encuentran dispersos al interior de los 106 municipios en todo el estado.

Cabe destacar que el programa apícola del gobierno del estado de Yucatán tiene precisamente dentro de sus objetivos el tratar de sistematizar esta información dispersa dentro del programa apícola. Esta importante tarea como la de promover la organización de los productores para formar Sociedades de Producción Rural (SPR) y Sociedades de Solidaridad Social (SSS) las cuales sistematicen sus propios cuadros técnicos, administrativos y de dirección, la capitalización de las mismas son parte de la estrategia formulada para el desarrollo de esta actividad a partir del 2002.

Sin embargo, con base en estimaciones hechas con información de los mismos intermediarios y organizaciones de productores, así como en recorridos realizados al interior de las zonas apícolas, existen en el estado más de 50 centros receptores privados y de organizaciones sociales, muchos de ellos improvisados (Fig. 9).

En las zonas apícolas más importantes del estado se nota la presencia de los intermediarios privados a través de sus centros de acopio (Fig. 10). A pesar de ello la Sociedad de Producción Rural “Apícola Maya de Yucatán” cuenta con el mayor número de centros receptores de miel en el estado con 32 centros registrados.

Fig. 9 Local improvisado para la compra de miel
Fotografía: Local ubicado en Hoctún, Yucatán (2002)

Dentro de los intermediarios privados el Sr. Berrón Autrique cuenta con aproximadamente siete centros establecidos en Mérida y Valladolid, principalmente. También se registran empresas envasadoras que funcionan como receptores, como La Anita, La Extra y el Yucateco.

Fig. 10 Centros receptores de miel pertenecientes a intermediarios privados
Fotografía: Instalaciones de dos intermediarios en Valladolid, Yucatán (2002)

La miel en la civilización Maya


Los mayas poseían una compleja red de dioses, mayores y menores, de los cuales se destacan Ah Mucen Cab, o gran guardian de la miel, Balam Cab, jaguar abeja o brujo abeja. Los cuatro puntos cardinales eran representados por dioses llamados Bacab. Todas las colmenas de Yucatán eran orientadas hacia el Bacab del Este. Lo anterior está documentado en el Códice Trocortesiano (J.P. Cappas e Souza, 1997). Los historiadores describen la actividad apícola y el intenso cuidado de las abejas que tenían los mayas durante la colonia (Fig. 12)

Fig. 12 Mapa “KAB” sobre flores, árboles y lugares típicos de la apicultura maya
Fuente: Imagen de Leonardo Borges, cartógrafo moderno. Elaborado para la Agroasociación Apícola, S.A. de C.V. Mérida, Yucatán.

Resulta evidente que la meliponicultura en esa época estaba más extendida que la apicultura en cualquier país de Europa. Los mayas utilizaron la miel como el recurso principal en la fabricación del “balché”, bebida que incluía además de la miel, corteza del balché (Lonchocarpus longistylus Pittier) y agua, que se utilizaba en festividades religiosas. El documento más antiguo sobre aspectos relacionados con la apicultura en la Península es el códice Troano (de la época hispánica) en el cual se hace mención de las festividades religiosas. Festejos similares fueron descritos por el obispo Diego de Landa, quien comenta que durante los meses de Tzec (Noviembre) y Mol (Diciembre), los apicultores mayas celebraron fiestas dedicadas principalmente al dios Ah-Muzencab para asegurar un buen flujo de néctar, muy importante para lograr una buena cosecha de miel (Enciclopedia Yucatanense, 1973).


Rivera Zamora (2000) cita que la cría y domesticación de las abejas, así como la colecta de la miel silvestre eran de suma importancia, no solo económica sino que era un aspecto fundamental de las sociedades indígenas americanas, a tal punto que algunas fueron calificadas como “Civilizaciones de la miel”. Las abejas productoras de miel de esas culturas eran los melipondios, las llamadas abejas sin aguijón. Las abejas melíferas Apis mellífera que se encuentra actualmente fue importadas de Europa inicialmente.

Rivera Zamora (2000) también cita que la producción de miel era entre los mayas uno de sus productos básicos. Tanto para su dieta como en la obtención de la cera de la que fabricaban velas, tapones para ánforas y en orfebrería, servía para fundir piezas de oro por el método de la cera perdida. En cuanto a la miel eran muchos sus usos conocidos: endulzante para la preparación de alimentos como atoles y tamales, base para la obtención de aguardientes y vinagre; servía para emplastos en heridas y curaciones, como medicamento para la tos, era un alimento natural de fácil digestión. Era un producto que permitía muchos subproductos y que enriquecía la economía maya.

Comercio de la Miel en la Península de Yucatán


La miel ha sido utilizada también como moneda y ha sido objeto de un intenso comercio que realizaban desde Tabasco, por mar con Honduras (Ulúa) y Nicaragua, así como con el Imperio mexica. A cambio de miel y cera, los mayas probablemente recibían semillas de cacao y piedras preciosas (Labougle y Zozaya, 1986). Esta práctica ha sido utilizada en numerosas culturas en el mundo. Con la llegada de los españoles a América, podría pensarse también en la introducción de la abeja común europea (A. mellífera), sin embargo, la metrópoli siempre consideró la venta de miel y cera como un monopolio real y exclusivo de España. No obstante debido a las actividades religiosas surgió una fuerte demanda de la cera de abeja, utilizada para fabricar velas, que eran absolutamente indispensables para oficiar la misa. Por ello, la casta de los “halch-uinics” al ocupar en la Península de Yucatán el sitio que correspondía, los españoles les exigieron cera como tributo. Después, con la introducción de la caña de azúcar la miel pasó a segundo lugar y sólo se empleaba para la fabricación del balché (Ruz, 1980).

Gómez (1990), cita que el desarrollo comercial de la miel se dió en la Península de Yucatán a partir de la década de los años 30’s (principalmente en el estado de Yucatán y posteriormente en Quintana Roo) y es a partir de esa fecha que se da un fuerte impulso a la apicultura; la difusión cada vez mayor de los beneficios que otorga esta actividad, ocasionó que la gente se interesara más en ella y que las empresas comenzaran a crecer, formándose así, asociaciones en toda la Península. En el año de 1968 se formó en Quintana Roo la Sociedad Apícola “Javier Rojo Gómez”, que actualmente cuenta con cuatro centros de acopio que se encuentran situados en Chetumal, Nuevo Xcan, Dziuché y Felipe Carrillo Puerto.

El 14 de octubre de 1971 se constituyó el Comité Apícola Peninsular (CAP) en Cozumel, Q Roo., con el objetivo de unificar la oferta al mercado exterior. Este comité lo constituyen la Sociedad de Crédito Agrícola de R. L. “Lic. Javier Rojo Gómez (ARIC), Quintana Roo; Miel de Abeja de Campeche, Campeche; “Apícola Maya de Mérida”, Yucatán y la Sociedad Cooperativa de Consumo Apícola “Lol-Cab” S.C.L. en Mérida, Yuc. (Martínez, 1974).

En la actualidad, SAGAR (1996) y Collí (1998) mencionan que en la Península de Yucatán se exporta aproximadamente entre un 95 y un 99% de la miel que se produce, el otro 1% a 5% es consumida localmente. Citan que actualmente los apicultores están organizados en sociedades y están empezando a exportar sus productos sin el intermediarismo que siempre ha prevalecido, y de esta forma los productores han incrementado sus ganancias.

La miel de la Península se exporta principalmente a Alemania (70 %) Suiza (12%) e Inglaterra (9%), y el resto (9%) a Italia, Filipinas, Bélgica, Holanda y Arabia Saudita (SAGARPA, 2002). Desde 1994 se empezó a exportar a Arabia Saudita y en 1995 se inició la exportación a Filipinas (SAGAR, op cit). En el 2001 se hincaron las gestiones a través de Bancomext para exportar miel envasada a Estados Unidos.

En diversos medios impresos de circulación en la Península se menciona que los intermediarios que acaparan la compra y exportación de miel en la Península de Yucatán (Berrón, Rosado, Ramírez, Miel Mex, S.A de C.V, etc), han manifestado interés en industrializar la miel para darle más valor agregado al producto, sin embargo, se han expresado más favorablemente hacia la conquista de nuevos mercados en el Caribe y Centroamérica como Guatemala, Aruba, Honduras, etc., que implican menos exigencias en materia de calidad.

Existe una marcada dependencia de la actividad hacia la existencia de un reducido número de intermediarios que monopolizan las exportaciones de miel, inclusive en la Península. En este sentido resulta grave la situación para la apicultura de la Península de Yucatán, ya que el control se ejerce a través del precio de la miel en el mercado ante la falta de nuevas formas para su comercialización y para el desarrollo del mercado de otros subproductos de la apicultura y del valor agregado que pueda darse directamente a la miel (Tron, 2001).

Según datos de la SAGARPA (2002) y de la Secretaría de Desarrollo Rural y Pesca del gobierno del estado (2002), en Yucatán existen diversas asociaciones de productores que trabajan de manera separada la producción y comercialización de la miel sin llegar a constituir una sola agrupación que permita actuar de manera conjunta en la negociación de las condiciones del mercado internacional. Esto ha traído como consecuencia que sean los grandes intermediarios regionales e internacionales quiénes fijen los márgenes de negociación con consecuencias en los niveles de precio principalmente dañando de manera particular a las organizaciones de apicultores de orden rural o formada por gente del campo de niveles socioeconómicos bajos de la zona maya, quiénes ven en esta actividad un ingreso económico importante para completar sus niveles de subsistencia. Por ello, estas dependencias señalan de manera importante para la actividad estatal, incluso regional, la necesidad de consolidar la agrupación de apicultores.

En el estado de Yucatán se registran siete organizaciones sociales rurales que abarcan la mayoría de los productores de la entidad, entre las más importantes Sociedad de Solidaridad Social “Apícola Maya” (con sede en Mérida) cuenta con 800 socios y recibe actualmente miel procedente de más de 3,500 apicultores de todo el estado, es la más importante inclusive a nivel regional, SSS Felipe Carrillo Puerto (en Maxcanú), SSS Xolicab, SSS Flor de Tajonal (ubicada en Valladolid con apoyo del Instituto Nacional Indigenista), SSS Lho’l Habin (ubicada en Peto), Tzulicab (ubicada en Sotuta), etcétera.

Como sociedades anónimas de capital variable ubicadas en Mérida se encuentran entre otras Agroasociación Apícola, Apícola de la Región Peninsular, Mieles Naturales de San Pedro, y Miel mex (esta última con sede principal en Valladolid). Estas empresas son los principales intermediarios de la región para fines de exportación, ya a través de contactos en el extranjero y vía precio regulan las condiciones del mercado internacional.

Los intermediarios como norma general exigen como calidad en la miel un porcentaje máximo de 18 a 20 grados de humedad y cuando estos niveles son rebasados simplemente no aceptan en compra el producto. Recientemente se han detectado problemas en el mercado internacional relacionados con el contenido de residuos tóxicos en la miel por el uso de ciertos químicos de manera irracional por parte de los apicultores (tabla 4), cuya presencia al ser detectada (algunos por encima de un rango determinado) en los laboratorios en Alemania y Europa en general, provocan el rechazo inmediato de esa remesa con consecuencias posteriores.

Tabla 4
Niveles de residuos que desechan envíos de miel según normas sanitarias y veterinarias de la Comunidad Europea en el 2000

Substancia Activa Límites Límites Usado Como Sustancia ó producto
  (MG/KG) PPB    
Estreptomicina 0.01 10 Antibiótico Estrepen Vitaminado
Tetraciclina 0.01 10 Antibiótico Terramicinas
Sulfamidas 0.01 10 Antibiótico Sulfathiasol
Brompropylat 0.1 100 Acaricida Folbex VA
Dibrombenzophenol (Descomposición del Brompropylat) 0.1 100 Acaricida  
Comaphos 0.05 50 Acaricida Perizin
Cymiazol 5 500 Acaricida Apitol
Flumethrin 0.005 5 Acaricida Bayvarol
Fluvalinatos 0.05 50 Acaricida Apistan
Thymol 0.5 500 Acaricida Apilife VAR
Phenol 0.05 50 Acaricida Acido Fénico

Fuente: Miel Mex, S.A. de C.V. y SEDARI (2001b)

Además, los intermediarios (Berrón, Salazar, Miel Mex, etc.) señalan que las condiciones de manejo de los productores no permiten mejores condiciones de calidad para seleccionar la miel por su origen, pureza, etc. que darían valor agregado al producto.


Si bien es cierto que existen esfuerzos de organización y regulación del precio por parte de las organizaciones de productores aún falta mucho por hacer en términos de calidad y sobretodo en materia de mercadeo y comercialización, la experiencia de Apícola Maya es importante en este sentido. La capacitación parece ser también un factor importante en la resolución de los problemas de los productores.

De esta manera los precios registrados desde 1995 a la fecha han sido poco suficientes para garantizar mejores condiciones a los apicultores. Estos varían de un Municipio a otro dependiendo del intermediario y el esfuerzo de las organizaciones, o bien de la venta directa del productor a los coyotes a fin de mejorar un poco el precio. Los precios promedio han fluctuado de $5.2 por kilogramo en 1995 hasta alcanzar un máximo de $15 por Kg. en 1997 y de ahí mostró una tendencia hacia la baja hasta el 2000, supuestamente, por efecto de la competencia de la miel de Argentina y China en los mercados internacionales, según mencionan los intermediarios del mercado regional.

Tabla No. 4. Evolución de los Precios Promedio Pagados al Productor en el Estado de Yucatán 1995-2000

Fuente: Elaborado con base a datos de intermediarios y de la
SSS Apícola Maya de Yucatán (2002)

Se ha registrado una caída en los precios bajando de $15.°° por kilogramo en 1997, año en que alcanzó su mayor nivel, a menos de la mitad, es decir $7.°° por kilogramo en los años subsecuentes y con ciertos repuntes por encima de los ocho pesos hasta el presente año del 2002.


El Mercado local de la miel


En información obtenida en campo (Güemes Ricalde, 2002) de los mismos productores e intermediarios, se señala que el consumo de miel en el mercado regional es en el mayor de los casos ocasional, y no tiene el nivel de exigencia de calidad del mercado internacional. La comercialización de la miel se ha caracterizado por realizarse en envases de vidrio de Coca Cola de medio litro a razón de $10.°° a $12.°°, ó en botellas de vino de ¾ de litro o de un litro que son lavadas a mano cuyos precios oscilan entre los $20.° y los $25.°°. También se utilizan envases de alimento para bebés de la marca Gerber con capacidad de 350 gramos aproximadamente cuyo precio es de un mínimo de $7.°° a $10.°°. Esta ha sido la forma más tradicional para su venta de la miel en los mercados populares donde es común encontrarla, como el mercado Lucas de Gálvez en el centro de la ciudad de Mérida o al interior de los mercados locales en los distintos municipios del estado de Yucatán (Fig. 13).

Fig 13 Miel para su venta al detalle en el mercado Lucas de Gálvez
en el centro de la Cd. de Mérida, Yucatán
Fotografía: Güemes Ricalde (2002)

Sin embargo, en los años más recientes (finales del 2000 y el 2001 y lo que va del 2002) se han incorporado al mercado local gran número de marcas nacionales y regionales e inclusive en algunos casos procedentes de Francia. Es notable también el número de marcas de jarabes a base de fructosa como sustitutos de la miel, que en muchos casos se cree por parte del consumidor que se trata de miel sin poder establecer una diferencia entre ambos productos. Los conocedores mayormente se basan en el precio y el contenido descrito en la etiqueta ya que se perciben prácticas mercadológicas engañosas. Esto ha sido posible observarlo sobretodo en las tiendas de autoservicio o supermercados que pertenecen a grandes cadenas nacionales o internacionales como Carrefour, Comercial Mexicana, Chedraui, etcétera (Fig 14) (Güemes Ricalde, 2002).

Fig. 14. Miel y jarabes a base de fructosa envasados de marca que compiten entre sí en los mercados regionales de autoservicio o supermercados
Fotografía: Güemes Ricalde (2002)

Se registran prácticas mercadológicas especializadas de envasado o etiquetado entre otras, a diferencia de Quintana Roo y Campeche. En Yucatán inclusive se ha desarrollado recientemente una fuerte competencia de marcas regionales, entre otras “multiflora Maya” (de la SSS Apícola Maya de Yucatán), “El Yucateco”, “La Anita” y “La Extra”, “Pájaro Rojo”,”Mimiel”,”Miel Gary”, etcétera, que envasan la miel y que han logrado colocar su producto inclusive en los mercados de autoservicio y supermercados (Fig. 15). En el caso de Mimiel inclusive ha adoptado la etiqueta y nombre genérico de la firma francesa de supermercados Carrefour (Güemes Ricalde, 2002).

Fig. 15 Miel envasada de marcas regionales de venta en tiendas
de autoservicio y supermercados o para su venta al detalle
Fotografía: Güemes Ricalde (2002)

Las presentaciones de jarabe y miel envasada de marca varían desde los 325 grs hasta litro y medio del producto. Se perciben notables diferencias de precios entre jarabes y miel de origen natural siendo más económica la presentación de jarabes con contenido similar al de la miel. Mientras que un envase de miel que contiene poco más de 700 gramos cuesta entre $17.°° y $30.°° dependiendo de la marca, siendo más económicas las marcas regionales, un envase de jarabe “sabor maple” con el mismo contenido puede llegar a costar entre $12.°° y $25.°° (Güemes Ricalde op cit).

Por los resultados de la encuesta que sobre el consumo se está realizando actualmente con financiamiento del Conacyt-Sisierra se ha logrado determinar que en este segmento de mercado perteneciente a la clase socioeconómica de tipo medio (clase o nivel A/B, “C” ó C+ con base a la clasificación de la Asociación de Mercados AMAI, 2002), quiénes compran en supermercados o tiendas de autoservicio tienen una marcada preferencia por el consumo del jarabe sabor maple como sustituto de la miel, el cual consumen mayormente en los Hot Cakes (Güemes Ricalde, Cabañas Garrido y Novelo López, 2002). Esta tendencia se observa también en restaurantes y sitios para la venta de alimentos quiénes han expresado que regularmente se abastecen en los supermercados (Chedraui, Carrefour, etc.) para el caso de jarabes como sustituto de la miel.

En Yucatán se registra también la venta de otros productos de la apicultura como el polen, propóleo y jalea real envasados de marca al natural (PRONAT, Mimiel, Apícola Maya, etc.) o bien, en compuestos ya sea a base de miel y propóleo, jalea real liofilizada, pomadas a base de veneno de abeja e inclusive cosméticos, jabones y shampoos (Fig. 16). Estos tienen aún un mercado en crecimiento aunque ya de cierta importancia, pues demuestran un gran potencial entre los consumidores yucatecos que parecen inclinarse hacia la moda del consumo de productos naturales en sustitución de otros productos inorgánicos o de origen químico como el caso de los cosméticos y los medicinales para la tos y molestias de la gripe principalmente ((Güemes Ricalde, 2002).

Fig. 16 Otros productos de la apicultura en exhibición para su venta
Fotografía: SSS Apícola Maya de Yucatán. Francisco Güemes (2002)

Consumo de la Miel


En relación al consumo en el mercado local popular en la ciudad de Mérida, la coordinación del programa de control de la abeja africana de la SAGARPA en Yucatán (2000), obtuvo en sondeo de mercado sobre el consumidor, que el 99% de los entrevistados consumía miel contra un 1% que no la consumía. Además, este alto porcentaje de consumidores se manifestó con un marcado gusto por la miel aunque su frecuencia y nivel de consumo mostró una tendencia muy baja entre 350 y 450 gramos por año. El 90% de estos consumidores entrevistados manifestó que la miel generalmente la compran en las calles o en el mercado Lucas de Gálvez en el centro de la ciudad de Mérida.

Sólo el 10% respondió que la adquiría en supermercados y tiendas de autoservicio por lo que la miel en envases de vidrio de ½ litro de Coca cola y las tradicionales botellas de miel de ¾ y un litro hasta ese año las de mayor preferencia entre los consumidores yucatecos. Es muy probable que estos porcentajes hayan variado a la fecha del 2002, ya que precisamente a partir de finales del 2000 es que se ha notado una marcada presencia de marcas nacionales y locales, así como esfuerzos mercadológicos para la venta de la miel y jarabes a base de fructosa (como sustituto) en los supermercados y tiendas de autoservicio (Güemes Ricalde, Cabañas Garrido y Novelo López, 2002).

Estos resultados nos llevan a suponer que existen amplias posibilidades de incrementar la demanda en el mercado regional, sin embargo, de acuerdo a lo observado a la fecha a través de los avances del proyecto Conacyt-Sisierra sobre consumo, es perceptible un fuerte efecto de sustitución de miel por jarabe de fructosa sabor maple, particularmente en el segmento de mercado que corresponde a una clase o nivel socioeconómico medio y alto, así como en el ramo restaurantero (Güemes Ricalde, 2002b).

Las cifras obtenidas por SAGARPA en el 2000 no fueron significativas para el consumo de otros productos de la apicultura como la jalea real y el polen, ya que únicamente el 5% dijo consumir polen. Esto al parecer debido a que el consumidor local no tiene el conocimiento sobre las propiedades de estos productos apícolas. Sin embargo, este consumo va en aumento a través de promociones recientes ha a través de ferias de la miel para exponer nuevos productos elaborados como cosméticos y medicinales a base de propóleo, miel, jalea real, polen y veneno de abeja. La principal forma de publicidad para estos productos es aquella que se está realizando de “boca en boca” entre los yucatecos, quiénes parecen interesarse cada vez más en este tipo de productos lo que se traduce positivamente en una mayor demanda (Güemes Ricalde, Cabañas Garrido, Novelo López, 2002).


El principal factor para incrementar la demanda de este tipo de productos está al parecer, en el precio de los productos y su origen orgánico en relación con los que compiten tradicionalmente de marca para el caso de los cosméticos y línea de limpieza (Shampoos, jabones, etc.);, y en relación con el grado de cultura sobre su origen orgánico y los beneficios que reportan para el caso de los medicinales. Pero el volumen de compra siempre estará en función de las necesidades o motivos de compra del cliente y del segmento del mercado al que pertenece, los cuales están siendo estudiados a fondo con financiamiento del Conacyt-Sisierra a través del proyecto sobre “Cultura de Producción y consumo de miel en la Península de Yucatán (2000-2002).


Consumo de la Miel


En relación al consumo en el mercado local popular en la ciudad de Mérida, la coordinación del programa de control de la abeja africana de la SAGARPA en Yucatán (2000), obtuvo en sondeo de mercado sobre el consumidor, que el 99% de los entrevistados consumía miel contra un 1% que no la consumía. Además, este alto porcentaje de consumidores se manifestó con un marcado gusto por la miel aunque su frecuencia y nivel de consumo mostró una tendencia muy baja entre 350 y 450 gramos por año. El 90% de estos consumidores entrevistados manifestó que la miel generalmente la compran en las calles o en el mercado Lucas de Gálvez en el centro de la ciudad de Mérida.

Sólo el 10% respondió que la adquiría en supermercados y tiendas de autoservicio por lo que la miel en envases de vidrio de ½ litro de Coca cola y las tradicionales botellas de miel de ¾ y un litro hasta ese año las de mayor preferencia entre los consumidores yucatecos. Es muy probable que estos porcentajes hayan variado a la fecha del 2002, ya que precisamente a partir de finales del 2000 es que se ha notado una marcada presencia de marcas nacionales y locales, así como esfuerzos mercadológicos para la venta de la miel y jarabes a base de fructosa (como sustituto) en los supermercados y tiendas de autoservicio (Güemes Ricalde, Cabañas Garrido y Novelo López, 2002).

Estos resultados nos llevan a suponer que existen amplias posibilidades de incrementar la demanda en el mercado regional, sin embargo, de acuerdo a lo observado a la fecha a través de los avances del proyecto Conacyt-Sisierra sobre consumo, es perceptible un fuerte efecto de sustitución de miel por jarabe de fructosa sabor maple, particularmente en el segmento de mercado que corresponde a una clase o nivel socioeconómico medio y alto, así como en el ramo restaurantero (Güemes Ricalde, 2002b).

Las cifras obtenidas por SAGARPA en el 2000 no fueron significativas para el consumo de otros productos de la apicultura como la jalea real y el polen, ya que únicamente el 5% dijo consumir polen. Esto al parecer debido a que el consumidor local no tiene el conocimiento sobre las propiedades de estos productos apícolas. Sin embargo, este consumo va en aumento a través de promociones recientes ha a través de ferias de la miel para exponer nuevos productos elaborados como cosméticos y medicinales a base de propóleo, miel, jalea real, polen y veneno de abeja. La principal forma de publicidad para estos productos es aquella que se está realizando de “boca en boca” entre los yucatecos, quiénes parecen interesarse cada vez más en este tipo de productos lo que se traduce positivamente en una mayor demanda (Güemes Ricalde, Cabañas Garrido, Novelo López, 2002).


El principal factor para incrementar la demanda de este tipo de productos está al parecer, en el precio de los productos y su origen orgánico en relación con los que compiten tradicionalmente de marca para el caso de los cosméticos y línea de limpieza (Shampoos, jabones, etc.);, y en relación con el grado de cultura sobre su origen orgánico y los beneficios que reportan para el caso de los medicinales. Pero el volumen de compra siempre estará en función de las necesidades o motivos de compra del cliente y del segmento del mercado al que pertenece, los cuales están siendo estudiados a fondo con financiamiento del Conacyt-Sisierra a través del proyecto sobre “Cultura de Producción y consumo de miel en la Península de Yucatán (2000-2002).


Envasado y consumo Industrial de la miel en Yucatán


Las cifras registradas por SAGARPA en el 2000, demuestran que la actividad apícola en Yucatán tiene como principal objetivo las exportaciones hacia el mercado europeo, ya que de las 11,040 toneladas producidas únicamente el 10% tuvo un destino diferente. La miel consumida para la industria apenas significó el 1% (88 toneladas) mientras que el 0.8% fueron utilizadas para el envasado de marca con etiqueta y sin etiqueta (Fig. 17). Otras 900 toneladas (8.2%) fueron envasadas en botellas y recipientes de vidrio ó plástico para su venta tradicional al detalle (botellas de Coca cola o de vino de ¾ de litro ó más y envases PET ).

Fig. 17 Participación relativa del consumo de miel destinada a la exportación, industria ó al envasado con y sin etiqueta
Fuente: Elaborado con base a datos de SAGARPA 2002

En el 2000, sin representar volúmenes significativos, los principales consumidores de miel en la industria fueron el DIF de Yucatán (50 toneladas), galletera Dondé (19 toneladas), Panadería El Retorno (14 toneladas) y Dulces y Novedades Tony (5 Toneladas). Destaca desde el punto de vista privado y de la industria en sí la empresa Dondé quien utiliza la miel para la fabricación de galletas, ya que aunque el DIF supera en número los volúmenes demandados de miel, sabemos que se trata de una paraestatal que emplea la miel para la elaboración ó en combinación de los desayunos escolares (SAGARPA, 2002).

Por otro lado se registraron también en ese año, nueve empresas envasadoras de capitales privados de los yucatecos, entre ellas: Apícola Maya de Yucatán, La Extra, El Yucateco, Gary, Mieles Uxmal, La Anita, Pájaro Rojo, Mimiel y Miel Kab. Algunas de ellas inclusive han logrado incursionar en el mercado internacional con miel envasada de origen (Fig 18): La Anita, La Extra y El Yucateco (Bancomext, 2002).

Fig. 18 Miel envasada de origen de empresas locales de Yucatán
presentes en el mercado de exportación
Fuente: Imágenes de Empresas en Internet y Bancomext, 2002

El Mercado Internacional de la Miel


Europa, sin incluir los países de la antigua Unión soviética, tiene aproximadamente 13 millones de colmenas de abejas, un promedio de 7 por cada 2.6 km2, una densidad de colmenas siete veces mayor que la de cualquier otro continente (Tiatrini, 2001).

A pesar de la gran densidad de abejas, se consume más miel de lo que puede producirse y Europa occidental es la región del mundo que aporta mayor cantidad de miel. Los europeos en general están acostumbrados a consumir miel ya que es parte de su herencia de siglos pasados, cuando la apicultura formaba parte del ritmo de vida de cada comunidad rural y las ciudades eran lo suficientemente pequeñas, proveían a las colmenas silvestres de alimento y lugares para anidar (Apimex, 2001).

Sands (1984), cita que los países con más alto nivel de consumo de miel son todos los países industrializados. En orden descendente de consumo quedarían de la siguiente manera: Holanda, Canadá, Alemania, Bulgaria, Austria, Dinamarca, y los Estados Unidos. Todos estos países consumen 0.6 kilogramos o más de miel por persona al mes con el caso especial de Holanda que reporta en edades medias un consumo hasta de 2 kilogramos per cápita lo cual debe ser contrastado con los datos promedio de los países de Centro América y Sudamérica de 0.16 kilogramos per cápita por mes.

Los grandes importadores y consumidores de miel son las naciones industrializadas: Alemania, Japón, Reino Unido, Italia, Francia, Holanda, Suiza, Bélgica y Luxemburgo (listados en orden por volumen de importación en 1981 También es necesario considerar que Alemania y otros países de Europa sí presentan altos niveles de importación, debido a que también son redistribuidores en Europa (Tabla 6).

Tabla 6. Número de importadores, agentes y empacadores de miel en Europa en el año 2000 (estimado)

Fuente: Apiservices, 2001

México tiene una importante participación entre los tres principales exportadores de miel a Europa, principalmente a Alemania, país al que en 1999, exportó en promedio 14,323 toneladas, lo que representa el 16% del total de las importaciones, ocupando el segundo lugar en importancia después de Argentina que alcanzó una cifra promedio de 27, 328 toneladas con el 30% de la demanda de los alemanes. El tercer lugar lo ocupa China con 12,729 toneladas, es decir el 14% (Braunstein, 2001a). El precio (CIF) promedio que se pagó por la miel mexicana fue de US$1.26 dólares por kilogramo, mientras que la miel de Argentina y China recibieron en promedio US$1.10 y US$0.95 dólares en promedio, respectivamente.

En el mercado de Estados Unidos, a pesar de la cercanía, México cubrió entre enero y julio de 2000 apenas el 4% promedio de las importaciones de ese país, a diferencia de Argentina que es el principal abastecedor de miel de Estados Unidos, ya que aporta el 35% del total (Braunstein, 2001ª). En este mercado la miel mexicana marcó una variación en el precio promedio (CIF) por kilogramo entre US$0.9 y US$1.17 dólares, mientras que la miel Argentina y China se pagó en promedio a razón de US$0.9 dólares el kilogramo (Braunstein, 2001ª y b ).


Normas de Calidad en el Mercado Internacional

Por definición, la miel es un producto natural, que no contiene aditivos ni conservantes. La fecha indicada en los botes en los mercados internacionales es meramente un dato que hace referencia a su frescura, aunque la miel puede conservarse por varios años conservando su aroma y características gustativas originales.

Según la legislación europea, la simple palabra “miel” sobre un embalaje es suficiente para asegurar al consumidor un origen 100% natural. Sin embargo, la calidad de los productos es además regularmente controlada por laboratorios autorizados (Bernard , 2001).

Existen tantas variedades de mieles como especies vegetales nectaríferas. Cada miel va a tener un aroma y sabor distintivo de acuerdo a la especie vegetal que la abeja visitó. Las mieles son clasificadas en los mercados internacionales según sus orígenes:

a) Orígen botánico: hablamos generalmente de miel monofloral como la miel de acacia, de brezo, de lavanda, de romero, de trébol, etc.; o de terruños multiflorales (mieles de varias flores) a menudo clasificadas según los lugares de cosecha (llanura, montaña ó bosque), o la temporada (miel de primavera o de verano ...)

b) Origen geográfico: las mieles de las regiones son clasificadas según el orígen geográfico y la flora habitual de una región determinada: miel de los pirineos, miel de los Alpes, miel de Anou, miel de Córcega, miel de Gátinais, miel de Francia, miel de la península de Yucatán, etc.

c) Miel de mielada: Nos referimos a la miel que producen las abejas al libar las secreciones de áfidos, estas mieles se producen en los bosques de zonas templadas


Comportamiento de las exportaciones Yucatecas en el 2001

En el año 2001, Yucatán exportó a los mercados mundiales poco más de 6,412 toneladas cuyo principal destino fue el mercado alemán con más de 4,451 toneladas, La miel de la Península se exportó principalmente a Alemania (70 %) Suiza (12%) e Inglaterra (9%), y el resto (9%) a Italia, Filipinas, Bélgica, Holanda y Arabia Saudita (SAGARPA, 2002). Desde 1994 se empezó a exportar a Arabia Saudita y en 1995 se inició la exportación a Filipinas (SAGAR, 1996). En el 2001 se iniciaron las gestiones a través de Bancomext para exportar miel envasada a Estados Unidos.

El mayor volumen de exportación de la miel yucateca en el 2001 se concentró en escasamente cuatro organizaciones (Fig 19): Agroasociación Apícola SA. De C:V, (2,838.8 toneladas), SSS Apícola Maya de Yucatán (2,300 toneladas), Mieles Naturales San Pedro, S.A. de C.V. (1,021.8 toneladas) y Apícola de la Región Peninsular, S.A. de C.V. (251.4 toneladas). De estas cuatro organizaciones sólo una es de carácter social, y ocupa la segunda posición, esta es la SSS Apícola Maya de Yucatán, que mueve hacia el mercado exterior aproximadamente el 36% de las exportaciones de miel en comparación con el 44.3% de Agroasociación Apícola SA. De CV de origen privado que ocupa el primer sitio, lo cual demuestra un grave problema de intermediarismo.

Fig. 19 Participación relativa de organizaciones en el volumen exportado de miel en Yucatán en el 2001
Fuente: Elaborado con base a datos de SAGARPA, 2002

Las exportaciones de miel en Yucatán alcanzaron su máximo nivel entre los primeros siete meses del año del 2001, de enero a julio donde se concentra más del 81% del volumen de exportación del endulzante. El mes en que alcanzó su máximo nivel fue en mayo con más de 1,141 toneladas (18%) de lo exportado, mientras que el menor registro fue en el mes de septiembre. También se registra un monto importante a finales del 2001 durante los meses de noviembre y diciembre con la cosecha de enredaderas fundamentalmente. En estos dos meses se comercializó un 15% del total del año (Fig 20).

Fig. 20 Volúmenes de miel exportados por mes en el año 2001
Fuente: Elaborado con base a datos de SAGARPA, 2002

Según datos de Bancomext (DIEX, 2002), en Yucatán se encuentran registradas ocho empresas exportadoras. Tres de ellas se encuentran exportando miel envasada y los demás corresponden a los grandes intermediarios que comercializan la miel convencional a granel en tambores de 300 kgs. Una de ellas sólo cumple las veces de consultoría y enlace con importadores de Europa (Tabla 7).

Tabla 7 Empresas exportadoras de miel registradas en el directorio de exportadores de Bancomext en el 2002

Fuente: Elaborado con base a datos del DIEX-Bancomext, 2002

Discusión

En coincidencia con Villanueva y Collí (1996) para ayudar a fortalecer la apicultura y su comercialización en Quintana Roo es necesario llevar a cabo ciertos mecanismos y acciones, entre ellos: establecer un laboratorio para determinar el origen botánico y calidad de las mieles que se producen. Determinar su origen botánico permitiría penetrar nuevos mercados nacionales e internacionales con mayor valor agregado y por supuesto con mayores precios (al menos 20% más) y beneficios para la apicultura. Si no fuera posible construir un laboratorio de calidad de miel exclusivamente para el estado de Yucatán, sería factible recurrir al laboratorio de SAGARPA en la ciudad de Mérida, para ampliarlo y modernizarlo a fin de que brinde servicio a toda la Península y quizás a Centroamérica. También podría operar a manera de supervisión para la entrada de mieles procedentes de otros estados y regiones del mundo que ingresan a la Península de Yucatán y que pudieran con esto evitar competencias desleales de comercio, particularmente en cuanto a calidad de la miel se refiere, ya que al interior del país se han detectado embarques de miel procedente de Nueva Zelanda y China, que desplazan del mercado al producto nacional.

Habría que analizar la factibilidad de producir miel orgánica, ya que en Yucatán existen aún recursos néctar-poliníferos en relativa abundancia específicamente en la franja que colinda a lo largo con el estado de Quintana Roo, sin embargo, las condiciones generales de infraestructura propias para su producción y los niveles de organización y capacitación de los apicultores están en niveles que exigen un esfuerzo adicional.

También es importante estimar la rentabilidad real que produciría al agricultor el producir miel ecológica, ya que de acuerdo a las tendencias observadas en los precios en los precios internacionales en los últimos años estos han venido a la baja y se estima sigan con esta tendencia. Estos precios deberán ser comparados con los costos reales que implica el producir esta miel ecológica incluyendo los costos de oportunidad que representa el abandonar la producción de miel convencional que de acuerdo a cifras de SAGARPA (2002) tiene un costo promedio de $6.38 por kilogramo de miel producida bajo un estándar de 30 colmenas como mínimo (considerando los costos de depreciación) y que a razón del precio pagado al productor en el mercado regional, hoy día en promedio de $8.50/kg, resulta evidente que la inversión es muy alta ya que por kilogramo se obtiene un beneficio de $2.12 pesos que multiplicado por los 27.37 kgs/colmena que reporta la Secretaría de Desarrollo Rural y Pesca nos da un total de $58.°°/colmena por año. Si esto lo multiplicamos por las 30 colmenas promedio obtenemos que el beneficio neto de la actividad apícola para un productor promedio con 30 colmenas será de $1,740.°° anuales. Si elevamos el rendimiento a la cifra que reporta SAGARPA (2002) de promedio de rendimiento por colmena de 36.8 kgs y lo multiplicamos por el beneficio de $2.12 obtenemos por colmena por año un beneficio de $78.°° que por las 30 colmenas nos arroja un benéfico promedio anual de $2,341.°°. Esto demuestra que esta actividad es poco rentable a baja escala y con bajos niveles técnicos, situación que presenta la mayoría de los apicultores de origen maya o rural.

Volviendo a nuestros cálculos, si tomamos estas cifras sobre rendimiento para un apicultor de menor escala, los datos podrían arrojar quizás que no se obtiene ningún beneficio o que inclusive se obtienen pérdidas. Sin embargo, el esfuerzo de su ahorro al invertir en fuerza de trabajo en sus colmenas representa para el apicultor maya un ingreso económico al vender su miel, ya que debemos entender que sus razones de cálculo del beneficio son distintas a las razones del gran capital, por lo que su inversión en la producción también debe resultar en menor costo. Para él obtener un ingreso por la venta de su miel en un momento dado significa dentro de su lógica económica familiar la oportunidad de adquirir ropa, medicamentos o el pago inclusive de alguna deuda lo cual coincide con lo citado por Sands (1994).

Por lo anterior, es necesario desarrollar en Yucatán una apicultura más integral y tecnificada, intensiva, y organizada que permita elevar los volúmenes de producción aprovechando las economías a escala, situación que daría enormes ventajas para negociar y regular precios en relación a costos de producción que por ende deberán bajar. Esto no significa que la actividad apícola debe dejar de tener una importancia relevante dentro del patrón de sobrevivencia del apicultor maya que desarrolla otras actividades conjuntamente con la apicultura. Por ningún motivo esto significa o se propone que debamos romper o sustituir su lógica de subsistencia actual de combinar distintas actividades por una lógica distinta de especialización en una sola actividad que los hiciera vulnerables a problemas de mercado como el caso de los cafeticultores en otras partes de México.

Otra cuestión significativa que puede interpretarse de estos resultados sobre cálculo de beneficio, es que la actividad apícola es una actividad rentable en cuanto a que se obtienen beneficios por encima de los costos al menos para un apicultor promedio con 30 colmenas y a razón de los precios actuales de mercado, contrario a lo que podría pensarse hasta ahora de que se trata de una actividad subsidiada por el financiamiento gubernamental. Es evidente que los ingresos totales superan a los costos, por lo tanto se reportan beneficios a pesar de que los intermediarios se quedan una buena parte de ellos.

El subsidio sirve a manera de financiamiento para mantener el apiario y las colmenas lo cual va a parar a manos del apicultor quien no reintegra este aporte, sino que es recuperado en sus ingresos totales por la venta de la miel. Si a estos ingresos totales restamos este subsidio, incluidos en los costos totales obtendremos siempre un beneficio.

Realmente el subsidio cumple más bien una función de financiamiento de reposición del capital ya que el apicultor maya, debido a su condición socieconómica y a la relativa importancia de la apicultura como actividad generadora de ingresos dentro de un patrón de actividades es incapaz de reproducir este capital por sí mismo, por ello depende tanto del subsidio que de alguna ú otra forma ha sido el sostén de la actividad apícola peninsular, siendo que quiénes más se han beneficiado de esta problemática han sido los intermediarios al quedarse con un buen margen de ganancias vía precios que bien podrían servir de fondos de reposición del capital, aunque también cabe decir que los intermediarios en todos estos años han cumplido una función que lamentablemente es en su mayoría desconocida por los mismos apicultores.

Si además asumimos como reto el elevar los niveles tecnológicos que permitan a su vez mayores rendimiento por colmena por año, certificación de la calidad de la miel por origen nectarpolinífero, producir miel ecológica de mayor precio en el mercado, se da valor agregado a la miel y elevamos el consumo del mercado regional, así como la diversificación de la actividad apícola seguramente esta actividad puede representar mejores condiciones de ingresos y beneficios para quiénes se dedican a ella, sobretodo si logramos reducir el intermediarismo.

El apicultor promedio con 30 colmenas con niveles técnicos adecuados, buen manejo de las colmenas y con cosechas para el tajonal, Dzidzilché y multiflora a lo largo del año, puede obtener un promedio de beneficios por año hasta de $34,460.-°° según cálculos estimados por SAGARPA en el 2002. Definitivamente, si elevamos el número de colmenas los costos habrán de disminuir conforme a las economías a escala, lo cual es susceptible de implementar entre los apicultores hasta cierto punto tratando de evitar una sobreoferta en el mercado que provocara la caída de los precios, por ello la diversificación de la actividad y la búsqueda de nuevos mercados regionales son necesarios.

Por el lado del mercado internacional de la miel ecológica, en la actualidad la demanda supera a la oferta de este tipo de productos que alcanzan gran valor en mercados como Alemania, Inglaterra, Holanda, Francia, Suiza y Arabia Saudita, pero no debe dejar de pensarse que esto traerá beneficios siempre y cuando se reduzca el intermediarismo.

Según investigación de campo a principios del 2001, se reportan opiniones de los apicultores de la zona maya quiénes señalan que la falta de capitalización de los apicultores limita el poder incrementar el inventario de colmenas. También aceptan la necesidad de elevar la calidad de la miel y de la producción, para lo cual la capacitación es indispensable.

Lo anterior demuestra en cierta medida que la subsistencia de la actividad apícola está en función de un gran porcentaje del subsidio que se recibe y que acaba por absorber los costos de la producción, ya que el ingreso por la venta de la miel se destina a cubrir los gastos familiares inmediatos y pocas veces a incrementar el número de colmenas en posesión. Si a lo anterior agregamos los efectos climáticos y demás factores externos como fluctuaciones de precios, intermediarismo, competencia en el mercado mundial y la varroasis, etcétera, estos factores nos permiten entender mejor la vulnerabilidad de la actividad y la necesidad de buscar alternativas que incrementen la rentabilidad de la apicultura en Quintana Roo, y el resto de la Península.

Se entiende que en oposición a los resultados esperados por el programa apícola estatal, en los últimos diez años la actividad si bien no ha ido en detrimento como consecuencia de este mismo esfuerzo, tampoco ha mejorado sustancialmente, ya que se ha registrado una caída en los precios bajando de $15.°° por kilogramo en 1997 a menos de la mitad, es decir hasta $7.°° y $7.50 por kilogramo en los años subsecuentes (Hau, 2001).

La actividad se ha retraído a niveles de poca rentabilidad, convirtiéndola en una actividad secundaria con escaso manejo técnico ante el bajo estímulo del precio y la necesidad de integrar otras actividades a la unidad familiar que le permitan subsistir. A lo anterior habría que agregar el problema de la falta de organización, la presencia de la varroa y los problemas asociados con la africanización.

Esto no atañe solo a los apicultores, ya que las condiciones del mercado, la descapitalización que se observa inclusive en las asociaciones de apicultores más organizadas y productivas, como consecuencia de los problemas de la baja del precio del mercado, les impide crecer en volumen de producción y beneficios, en organización, infraestructura, fondos de reposición, etc. Por esto el objetivo y las metas de los próximos programas del Gobierno deberán considerar estos aspectos para lo cual requerirán de mayores recursos.

La meliponicultura es una actividad que representa una ventaja comparativa susceptible de aprovechar desde el punto de vista del mercado regional e internacional, inclusive manejada en pequeña escala ofrece un enorme potencial de aprovechamiento, sin embargo, el efecto globalizador sobre la economía de los mayas de Yucatán avanza más rápido en sentido inverso al proceso de heredar la cultura de esta importante actividad ancestral.

La diversificación de productos de la apicultura hacia la producción de polen, jalea real, propóleo, cera y veneno de las abejas, no solo es factible sino necesaria a fin de ver a esta actividad como rentable para el productor, ya que los incrementos en los precios y la disminución de costos no serían suficientes para ello ante los niveles de producción de nuestros apicultores y las condiciones actuales del mercado.

Las prácticas mercadológicas de envasado, etiquetado, promoción, etc. en combinación con las de certificación pueden llevar a atender la demanda de nuevos nichos de mercado aún sin atender no solo a nivel internacional, sino también nacional. Este último representa un gran potencial para los apicultores de la región de origen maya, pero para ello requieren un gran esfuerzo de capacitación, infraestructura, capital ya que la iniciativa privada les ha tomado la delantera.

Por otro lado, la búsqueda de nuevos mercados para la miel por parte de los intermediarios de la Península de Yucatán, sin duda puede crecer en ciertos beneficios para la apicultura, sin embargo las expectativas deben tomarse con ciertas reservas ya que a pesar de que se trata de mercados internacionales que exigen menor calidad en las importaciones, no debe olvidarse que da acuerdo a cifras del Banco Mundial en el 2000, el mercado Caribeño en suma con el Centroamericano representa apenas 18 millones de posibles consumidores que en su mayoría muestran un poder adquisitivo deteriorado.

Finalmente, la respuesta al problema del mercado de la miel no debe de ser orientado exclusivamente al mercado internacional ya que según las cifras de precios registrados en el mercado regional y nacional, así como las potencialidades de crear una cultura de consumo que eleve el consumo per cápita de miel en México ofrecen un panorama amplio de potencialidades que están siendo estudiadas a través del proyecto Conacyt-Sisierra sobre “Cultura de Producción y Consumo de Miel Orgánica de la Península de Yucatán” que se está llevando a cabo en la Universidad de Quintana Roo en coordinación con otras instancias académicas y gubernamentales en la Península de Yucatán, los resultados se están dando de manera gradual y este documento representa uno de ellos.


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